El Lorier Neptune IV tiene un problema
Esperaba el Lorier Neptune versión IV con impaciencia. No en vano había vendido la versión III hacía ya una semana para financiarlo. Lo esperaba porque corregía algunos fallos de la versión anterior y prometía mucho. Pero el Lorier Neptune IV tiene un problema que me ha hecho venderlo.
Esto no es un análisis, sino una pequeña descripción del problema que ha hecho que lo venda en menos de dos semanas de tenerlo en mi poder.
Veamos, el reloj es precioso. Eso no se puede negar. De hecho tiene esos cambios que lo hacían casi perfecto. La caja es más fina y elegante, se integra de forma magistral con el brazalete, el cual es ahora magnífico. Ya no tiene ese acabado tan afilado que hacía que simplemente no lo pudiera usar con la versión anterior. Ahora es más refinado, suave y cómodo.
Tiene el bisel con luminiscencia, lo cual no tiene una gran utilidad, pero es agradable. La manecilla de la hora es más fácil de distinguir y durante el día destaca con sus brillos dorados. Es una maravilla para ver en cualquier momento.
El acabado es excelente y todo en el reloj respira calidad y bien hacer. Salvo por una cuestión.
El problema del Lorier Neptune SIV
El problema del Lorier Neptune SIV viene de noche con la luminiscencia de esa misma manecilla de las horas. Porque toda la magnificencia que desprende de día desaparece al llegar la oscuridad. El problema no es sólo la cantidad, o grosor, de pintura aplicada, sino más bien la superficie. De hecho los marcadores de las horas tienen una capa sustancial, así como superficie, pero la superficie de esa manecilla de hora con pintura es demasiado poca. Tanto es así que a los pocos minutos de estar en oscuridad la hora apenas se ve mientras que la de los minutos dura un poco más. Los marcadores de hora duran toda la noche.
Pero ¿de qué sirve que los indicadores de hora se vean bien si las manecillas que señalan las horas y minutos no lo hacen correctamente?
Es una pena, porque por lo demás hubiera sido un reloj casi redondo. De hecho antes de comprar el reloj contacté con bastante antelación con Lorenzo de Lorier para avisar de lo que podría pasar con tan poca superficie aplicada. Me convenció de que funcionaría bien, que tenía más que el modelo anterior. Eso es cierto, sí que tiene algo más en la zona del triángulo, pero si bien en la versión III había pintura también en el resto de la mancilla de la hora, desde el piñón hasta el triángulo, en la versión IV no es así.
Como decía, estuve comentando mis temores con Lorenzo y me tranquilizó su confianza. Vendí el SIII y compré éste. Tenía otro problema con la corona y como tenía dudas de si la pintura estaba bien dada lo mandé de vuelta a Lorier. Arreglaron la corona y me dijeron que la pintura era correcta. Es una característica, pues, del modelo.
Aquí muestro lo que propuse que podrían haber hecho. Realmente creo que sigue siendo elegante y mucho más práctico y visible. El truco, más superficie con pintura luminiscente.
En fin, pensé que podría vivir con este problema del primer mundo, pero no fue así. Al poco de recibirlo de vuelta lo vendí porque no lo iba a disfrutar. Espero que Lorier aprenda la lección y mejore esta situación en una posible version V del, por otro lado magnífico, Lorier Neptune.
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