Análisis del Sinn 556i
En este análisis del Sinn 556i vamos a comprobar si realmente la marca, y el modelo, está a la altura de su fama. El Sinn 556 A RS ha sido, durante mucho tiempo, un reloj que ha estado en mi lista corta de posibles adquisiciones. La cuestión es que sin probar el reloj nunca puedes estar seguro de si es para ti. Una cosa buena del Sinn es que es una marca que no sufre de excesiva depreciación. Es relativamente factible comprarlo y luego venderlo si no te encaja sin perder en exceso.
No obstante, tras los últimos gastos y el repetido patrón de relojes de campo, este reloj, más orientado a piloto, podía ser un poco superfluo, así que lo dejé de momento.
Eso hasta que un seguido de nuestro canal de YouTube en inglés «TheWatchFrame», nos mandó su 556i para analizar; una oportunidad que no podíamos dejar pasar.
El reloj: Especificaciones.
De sobra conocido, el Sinn 556 es el reloj de entrada en la marca de Sinn. Con un precio entorno a los 1.330 euros con envío se sitúa en un rango de fiera competencia. Sin embargo sigue siendo un favorito de los entusiastas. Empecemos por las especificaciones.
Características físicas:
- Es un reloj con 38,5mm de ancho con bisel estreño, 46mm de distancia entre asas y 10mm de altura.
- Anchura de asas 20mm.
- Guardas de corona.
- Cristal de zafiro plano.
- Crista en la tapa para ver el movimiento.
- Movimiento ETA 2824-2 de calidad.
- 38 horas de reserva de marcha.
- Asas perforadas para cambio rápido de correas.
- Como única complicación la fecha.
- Indices pintados.
- Agujas de hora y minuto e índices con pintura fluorescente.
- Esfera negra.
- Brazalete de acero con extensión de buceo y tres micro ajustes.
- 200m 20/bar de resistencia al agua con corona y tapa roscada.
- A prueba de bajas presiones.
- Todo el metal está cepillado. No hay nada pulido.
Aunque la reserva de marcha no es para echar cohetes, la fiabilidad y calidad está en todos lados en este reloj como vamos a ver a continuación.
¿Qué hace que el Sinn 556 sea un reloj especial?
Lo primero que llama la atención de este reloj es lo relativamente fino que se muestra con un perfil bastante más delgado de lo que pudiera parecer. El cristal de zafiro es plano y recto, lo que ayuda a contener bien la altura. Debido a la corta distancia entre asas, a pesar de tener 38mm, se lleva muy bien y puede acomodarse a muchas muñecas.
Pero lo primero que viene a la mente y lo que hace del 556 un reloj especial es la contundencia con la que está fabricado. Es un reloj sobrio, espartando, sin nada superfluo (casi). Diseñado para cumplir una función y hacerlo con las máximas garantías posibles y más allá.
Es un reloj que con casi toda seguridad podría soportar un huracán, tanto sus bajas presiones como los golpes y arañazos, o que acabe sumergido bajo varios metros de agua.
El brazalete es, también, contundente y encaja perfectamente con el reloj. Sin embargo aquí encontramos una de las primeras pegas. El cierre es extremadamente duro y rudimentario. Es eficaz, pero no eficiente. A veces es difícil abrirlo. Este es un modelo de hace 13 años, y seguramente los nuevos serán algo más suaves, pero había que mencionarlo.
Otro tema es el tratamiento anti reflectante que se aplica tanto en la parte superior como inferior del cristal. Eso permite ver la hora en casi cualquier situación, pero la capa superior puede acabar sufriendo arañazos si se usa el reloj en situaciones complicadas, como ocurre con esta unidad tras todo este tiempo.
Por otro lado, este es un reloj especial por su versatilidad. No es un reloj extremadamente elegante pero se puede usar en muchas situaciones diarias, pero no en todas claro. Es un reloj de «trabajo». Una herramienta de piloto. Gran visibilidad de la hora, con la posibilidad de poner casi cualquier correa, también gracias a las asas perforadas. Su esquema «monocromático», bueno, tricromático (plateado, blanco y negro), facilita usar muchas correas (de 20mm). Pero probablemente en situaciones más formales pueda estar un poco fuera de su ambiente. Se puede usar, pero al ser muy utilitario, todo cepillado, no destaca en entornos más lujosos donde tener alguna superficie pulida puede ayudar.
Lo positivo:
Este reloj tiene muchos positivos, muchos más que negativos. Los enumeramos:
- Sólida construcción.
- Versátil, aunque no tanto como me esperaba.
- Resistencia a los elementos, incluidas bajas presiones.
- Resistente hasta 20 bares.
- Legibilidad.
- Grosor muy contenido.
- Gran movimiento con posibilidad de verse. ETA 2824 pero ahora el equivalente de Sellita.
- Asas perforadas para fácil intercambio de correas de 20mm.
- Buena distancia entre asas. Acomoda gran variedad de muñecas.
- Se puede ver el movimiento por la tapa trasera.
- Fácil mantenimiento por cualquier relojero con mínimos conocimientos.
Lo negativo:
- La capa anti reflectante exterior se puede rallar.
- Toda la superficie es cepillada limitando el uso en entornos más formales.
- El brazalete es de gran calidad pero el cierre un poco tosco. Se podría mejorar.
- La tapa trasera de cristal, aunque bonito de ver, no sé si tiene mucho sentido para este tipo de reloj que prescinde de todo lo superfluo.
- El segundero no tiene luminiscencia.
Conclusión
Este reloj me recuerda al anterior Land Rover Defender, aunque con mayor fiabilidad claro. Me refiero a estética y espíritu. Tiene arañazos. A ver, se pueden pulir y reducir, pero lo sorprendente es que no le queda mal. No sé si me explico. Es el típico reloj en el que los arañazos lo hacen, de verdad, casi más atractivo, más real. Como un Land Rover Defender clásico de los de verdad (no el sucedáneo actual que poco ha heredado del espíritu del anterior), donde las abolladuras son testamento y ennoblecen al vehículo; son parte de su objetivo y función.
En muchas ocasiones nos jactamos de usar nuestros relojes automáticos como relojes de batalla, cuando en realidad nos acabamos inclinando más por usar algo como un Casio G-Shock, lo cual, todo sea dicho de paso, es más sabio. Pero este Sinn sin duda da la impresión de aguantarlo todo, prueba de ello esta unidad con 13 años en su metal.
Un reloj sólido que lo aguanta todo, sin nada superfluo salvo, tal vez, el cristal trasero para ver el movimiento, y que al mismo tiempo se puede usar en muchas más situaciones de las esperables, es sin duda una gran opción a considerar para las personas con estilos de vida activos.
¿Lo compraré alguna vez? Lo cierto es que me sigue tentando, y creo que el 556A RS me atrae más que el 556i. Tal vez por los números que me obsesionan o el segundero rojo. El 556i es serio y espartano. Cumple su función y estará ahí, sólido y resistiendo cuando todo lo demás se derrumbe. Una gran opción de compra, aunque su precio actual ya no sea tan competitivo como antes.
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