La magia del Alpinist SARB017

El Seiko Alpinist SARB017 alcanzó estatus de icono hace ya unos años. Al dejar de producirse, además, se cimentó su legendaria reputación.

Si llevas un tiempo en este hobby, ya habrás oído hablar, leído o visto vídeos, sobre el Seiko Alpinist. En general, y desde hace unos años, desde que el SARB017 fue dejado de fabricar, todas las modernas iteraciones y reediciones se comparan con éste.

Quisimos saber por qué, y en lugar de hacer un análisis al huso, vamos a intentar divagar sobre qué creemos que hace tan especial a este reloj de esfera verde.

El montañero:

Lo primero que llama la atención en este reloj es la doble corona, siendo una de éstas las que permite manejar la brújula interna. Esta característica es clave de cara a la función y objetivo del reloj ya que ayuda a comprobar la orientación durante el día en ausencia de brújula magnética o para asegurarse que ésta está haciendo bien su trabajo en ciertas zonas.

En el monte las brújulas magnéticas pueden llegar a tener problemas para mostrar la dirección correcta. Esto es porque pueden existir concentraciones de minerales que pueden alterar el magnetismo en algunas zonas. Por eso poder calcular los puntos cardinales con cierta precisión usando el sol y un reloj puede llegar a ser muy importante. Esta función se puede usar con cualquier reloj en realidad, especialmente con los de manecillas, y mejor con los que tienen una graduación de 360º como el que nos ocupa. El caso es que esta característica hace que el reloj sea más especial si cabe con cierto grado de complicación inherente a la montaña y la aventura.

Los colores:

El color esmeralda de la esfera, con efecto de rayo de sol, ofrece una gran cantidad de matices siendo vibrante al sol y hasta casi negro en zonas más oscuras. Este verde tan oscuro lo convierte en sorprendentemente versátil aunque a primera vista el color no sea el más fácil de combinar. Por otro lado, y como es lógico, es un color que encaja muy bien con la naturaleza verdes de los bosques de montaña, zona previa a las cumbres más altas.

Las manecillas y las cifras doradas: El verde y el dorado son una combinación perfecta. Son colores con base común que comparten origen como el azul y el amarillo. También son dos colores muy presentes en la naturaleza y de ahí que sea una combinación que rezuma armonía. Si se le pone una correa marrón, a poder ser una mejor que la que traía de serie, parece que llevemos una representación de la más pura naturaleza. Además las manecillas tipo catedral y el tipo de números pulidos bañados en oro dan cierto aire clásico, elegante y atemporal.

Proporciones y metal:

El Alpinist tiene un diámetro de 38,5, lejos de, por ejemplo, los 35,4 del Rolex Explorer, sin embargo las esfera es aproximadamente del mismo tamaño debido a la complicación de la brújula. Así que las proporciones están bien contenidas ofreciendo cierto recato al mismo tiempo que añade presencia y sensación de ser robusto, ampliado por sus imperturbable capacidad de resistir 20 bares de presión (vamos, que en teoría se puede bucear con él). El equilibro, por lo tanto, de proporciones, es exquisito. Es tanta la atención al detalle que incluso la complicación de fecha está en negro y la ventana rodeada del mismo color dorado, haciendo que sea discreta y útil al mismo tiempo.

Por otro lado la combinación de superficies pulidas y cepilladas juegan con la luz de forma interesante, dando el suficiente brillo pero sin ser completamente recargado en momento alguno. Por ejemplo, el bisel pulido, resalta cuando las cifras reflejan la luz. Esto, además, compensa, en cierto modo, la falta de anti reflectante en el cristal de zafiro del reloj.

Conclusión:

Toda la combinación de elementos clásicos, prácticos con proporciones y colores que exclaman naturaleza y elegancia, hacen, en nuestra opinión, que el SARB017 sea un clásico por mérito propio en cierto modo difícil de repetir y a la altura de otros relojes clásicos de incluso mucho mayor precio.